IoSonoValeria

Mi diario de a bordo

Con nocturnidad …

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… pero sin alevosía, os dejo aquí mis Buenos Días (me váis a disculpar, pero no he podido evitar el pareado, jajjaa). Mañana toca excursión al reino sueco de los muebles fai da te, así que no es probable que esté por aquí hasta la tarde.

Quería decir una cosilla … ayer agradecí a los escritores que me prestaran sus creaciones. Hoy quiero agradeceros a vosotros, amigos, lectores y visitantes. Os he descuidado muchísimo los últimos meses, pero vosotros seguís aquí, fieles. Digo esto porque desde mi regreso, el pasado 20 de agosto, IoSonoValeria, ha rozado las 1.100 visitas. Y eso, amigos, lo hacéis vosotros. Bien es cierto que por aquí caen personas que andan buscando otras cosas, pero por lo visto, llegan y se quedan. En fin, a todos, muchas gracias, me hacéis sentir … útil, creo que es la palabra adecuada.

Entre esos visitantes que no me abandonan está Montserrat Tomás García, nuestra Munsa, escritora y compañera en la revista En Sentido Figurado y que hoy cumple añitos. ¡Muchísimasssssss felicidades! Jorrr, y ahora que caigo, también lo es de Vilma Reyes, otra compañera de ESF. ¡Ándale!

   Tras la peronata, os voy a hablar del libro que estoy leyendo actualmente. Se trata de «Mecánica del corazón«, de Mathias Malzieu (Reservoir Books, Editorial Mondadori). Es una novela que es un cuento (en el sentido de fábula, no por la longitud), pero para adultos. Baste decir que el compañero de juegos del pequeño Jack, en sus primeros años de vida, es un ratoncillo llamado Cunnilingus. Jack nace en el día más frío de la historia, en Edimburgo, con un corazón congelado. Madeleine, una mujer que ayuda en los partos más ilegales de la ciudad, le salva, cambiándolo por un reloj de madera, un cu-cú. Pero es un corazón débil, debe cuidarlo con mucho esmero, porque si no …

Por cierto, en la historia se habla de Edimburgo (ciudad de la que tengo unos recuerdos magníficos, ¡qué tiempos aquellos!) y … ¡Granada!

Os dejo un trío de párrafos de este libro, que versa sobre el amor (¿algún libro no lleva una historia de amor incluida entre sus líneas, aunque hablemos de robots, osos ó del vampiro Pascualino?), pero no es una novela romántica al uso (hasta aparece Jack el Destripador, para que os hagáis una idea). Yo diría que más bien es un cuento gótico para mayores.

«Mi corazón sigue acelerado, me cuesta retomar el aliento. Tengo la impresión de que el reloj se hincha y va a salir expulsado por mi garganta. ¿Qué tiene esta muchacha que me provoca estos sentimientos? ¿Está hecha de chocolate? Pero, ¿qué me ocurre?  (Jack, con 10 años, tras su primera visión de su amada, una andaluza cantarina).

» – (…)  Te duelen los engranajes cuando toses, ¿verdad?

-Sí.

-Pues bien, ese es un sufrimiento insignificante si lo comparas con el que puede originar el amor. Algún día, es posible que tengas que pagar un precio muy alto por todo el placer y la alegría que el amor provoca. Y cuanto más intensamente ames, más intenso será el dolor futuro. Conocerás la angustia de los celos, de la incomprensión, la sensación de rechazo y la injusticia. Sentirás el frío hasta tus huesos, y tu sangre formará cubitos de hielo que notarás correr bajo tu piel. La mecánica de tu corazón explotará. Yo misma te instalé este reloj, conozco perfectamente los límites de su funcionamiento. Como mucho es posible que resista la intensidad del placer, pero no es lo bastante sólido para aguantar los pesares del amor.»

«Primero, no toques las agujas de tu corazón. Segundo, domina tu cólera. Tercero y más importante, no te enamores jamás de los jamases. Si no cumples estas normas, la gran aguja del reloj de tu corazón traspasará tu piel, tus huesos se fracturarán y la mecánica del corazón se estropeará de nuevo».  (¿Buen consejo? ¿Es mejor resguardarse o lanzarse al óceano? Ahhh, ¡quién sabe! 🙂 )

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Más sobre la obra de David Vela, que más conozco (poco aún), más me gusta. Acompañan a la imagen las palabras de Ramón (que aún no he averiguado quien es, pero estoy en ello … perdón)

   Vi que aquel omnibús se llevaba todas las colas. En su tablilla ponía: “Al cementerio” (RAMÓN).

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Una duda que me ha entrado … ¿recordáis aquel concurso de cuentos en 6 palabras que lanzó Editorial Navona? He entrado en la página web ( http://www.navonaed.com/navona/principal/Participar.asp ) de dicha editorial, pero sólo veo que la lista de microrrelatos ha engordado considerablemente, pero nada sobre la andadura del premio. Concursamos que yo sepa, Eduard, Ginés S. Cutillas, Munsa, Julián … ¿alguna noticia amigos?

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Más letras que os dejo para no que digáis que no tenéis nada que leer:

GUERRA TOTAL  (Orlando Romano, en «Velas al Viento«)

«Mutilaban a las mujeres más hermosas de sus enemigos para que no les aventajasen en el arte de la poesía»

LA CITA  (Pedro Herrero Amorós, también en «Velas al Viento«)

«De haber sabido lo que ocurriría después, ella habría ido a la peluquería y también se habría comprado un vestido atrevido para estrenarlo ayer, antes de precipitarse en el vacío desde el piso ciento tres del enorme rascacielos, cuando trataba de alcanzar un papel que el viento levantó de su mesa de trabajo y empujó hacia el exterior. Ya en el aire, todo hacía presagiar un porrazo incontenstable pero, a la altura del piso cuarenta y dos, su cuerpo cayó en brazos de un joven providencial, de aspecto agradable y musculoso, que vestía un traje ajustado de lycra azul y rojo y una capa de conjunto, muy elegante, que se alzaba tanto como su bello tupé de color  negro. A partir de ahí, el descenso fue un paseo delicioso hasta llegar a la calle, donde aquel galán se despidió cortésmente y partió de regreso a las alturas, no sin antes decir que sí, que hoy podrían volver a verse en el mismo lugar y a la misma hora. Y hoy estrena ella un nuevo vestido, elegido a conciencia, y se arregla con esmero para acudir a la cita con su misterioso salvador. Y a la hora convenida se lanza sin temor por la ventana de su estudio, y aprovecha la caída en picado por la fachada del inmueble para dar los últimos toques al maquillaje. Pero esta vez nadie la espera frente a la planta cuarenta y dos. Y al llegar a la catorce, convencida del plantón, se ve obligada a admitir que, si ya es duro bajar de una nube y tocar de pies en el suelo, más duro será tener que hacerlo de cabeza.»

MELANCOLÍA (Julián Sánchez Caramazana, en «Venidos del miedo«, Ed. Páginas de Espuma)

«Vistos los resultados, a Dios le dio por cerrar el negocio y contarle sus penas a las ninfas del primer burdel».

EL ESPEJO   (Ángel Olgoso, en «Astrolabio«, Ed. Cuadernos del Vigía)

«Clientes de toda laya acudían al local. El barbero tijereteaba sin descanso. El barbero afilaba una y otra vez la navaja en el asentador. El barbero manejaba las tijeras, el peine y la navaja con velocísimos movimientos tentaculares. Ser barbero precisa de unas cualidades extremas, formidables, exige la briosa celeridad del esquilador y el tacto sutil del pianista. Sin transición, el barbero despojaba a la nutrida clientela de sus largos mechones, de sus desparejadas pelambres, señalizaba lindes en el blanco cuero cabelludo, se internaba en sus orejas y en sus fosas nasales, sonreía, pronunciaba las palabras justas, apreciaciones que sabía no serían respondidas, mientras los clientes miraban sin mirar el progreso de su corte en el espejo, coronillas, nucas, barbas cerradas, sotabarbas, patillas de distinta magnitud, luchanas, cabellos que planeaban incesantemente en el aire antes de caer formando ingrávidas montañas: el barbero nunca imaginó que el pelo de los cadáveres pudiera crecer con tanta rapidez bajo tierra. «

MAGIA DE OCASIÓN  (Miguel Ángel Zapata Carreño, en «Baúl de prodigios«, Ed. Traspiés)

«Cómo surco la atmósfera con mi nueva alfombra voladora. De Madrid a París, de París a Cancún, de Cancún al Kalahari. El orbe mínimo, el orbe hormiga bajo mis ojos, aeronauta yo sobre mis dos metros de tela mágica.                                                                                Lástima de oferta demasiado tentadora en aquel zoco de Bagdad, imitación barata del trenzado persa de Aladino: esta alfombra de saldo ya renquea desde Pekín, ya duda su consistencia ondulante que me transportaba volandera allende las nubes tan blancas y pierde ahora altura alarmantemente mientras se acerca con velocidad de kamikaze a las cimas nepalíes que se van haciendo más y más y más grandes …».

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Creo que os dejo suficientemente entretenidos, ¿verdad?. Pues a disfrutar de la lectura, que, cada cual en su estilo, todos los incluidos son maestros. Aunque … uhmmmm, echo en falta a alguna mujer … Voy a remediarlo ahora mismito con la reina del microrrelato (a mi entender, ehhh?):

ARTISTAS DEL TRAPECIO   (Ana María Shua)

«No tengas miedo, volará, heredó nuestros genes, dice el artista del trapecio. Y desde el punto más alto lanza a su hija, un bebé todavía, por el aire, hacia los brazos de la madre aterrada e infiel. No debería temer: por las artes de su verdadero padre, el mago, la niña realmente vuela. O les hace creer que vuela.»

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Ya sí, ¿o no? Sigo notando una clara minoría femenina. A ver si recibo material de esas estupendas escritoras prontico y os las dejo por aquí.

Miles de besos, acunados por la melodía correspondiente. Hoy le toca a Jump, de Van Halen, que ya sabéis que es mi tiramisú particular. http://www.youtube.com/watch?v=J8iY9OkOAAU&feature=related

Autor: valeriatittarelli

Redactora freelance, community manager y bloguera. Investigación y generación de contenidos para redes sociales y blogs. Artículos, notas, reportajes.

12 pensamientos en “Con nocturnidad …

  1. Buena lectura. Buen día mañana. Buen regreso el tuyo. Gracias por todo.

    No parece tan mala la novela que «despotriqué» ayer. Ya te has reencontrado con la literatura, lecturas, escrituras… brava.

    Un beso, te veo pronto.

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  2. Valeria, gracias por tu comentario. Si quieres saber de Ramón, te recomiendo esta página: http://www.ramongomezdelaserna.net/
    Un cordial saludo

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  3. Carrmencita, sí prontico 🙂
    David, upsssss, ¡Dios! Jajajaa.
    Parto ya!

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  4. Toma ya, muchísimas gracias. Pues sí uno más y que sigan viniendo rodeada de amigos.
    Pues de los cuentos en 6 palabras no sé nada. Entro de vez en cuando pero no veo novedad. La verdad es que están muy bien los que leo.
    Esta tarde/noche te mando «aquello».

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  5. Buen viaje. Aquí ya nos has dejado un mobiliario flexible de pasión y sensación litararia.

    No tengo ni idea del concurso, no he entrado nunca más en dicha web porque es la editorial la que tiene que ponerse en contacto. De momento se está aprovechando de nuestros micros que ya están publicados vía digital engordando de calidad la web y no hemos visto ni un céntimo. Como es natural el «morro» es de campeonato. Puede, dado que me lo acabas de recordar, y si no actúan de inmediato tomando una decisión, que les exija en breve que retiren mi material si no nos dan una respuesta.

    Saludos y abrazos, Julián Sánchez Caramazana

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  6. Ufff, recién llegada. Muebles y dos almohadas que ayyyy qué ganas de probarlas. Ahora queda lo peor … ¡montar lo comprado! ¿Alguien se presenta voluntario?

    Espero que os hayan gustado «las letras» de hoy.

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  7. Hola, Valeria y resto de visitantes. ¡Por fin, srta. Tittarelli! Gracias por incluir texto mío. Le debo correo (acabo de leerlo), no lo dude. Un abrazo colectivo.

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  8. Eyyy, ¡zar! Por fin apareces, jajjaa. Bien, bien, novedadessss.

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  9. Hola everybody!

    Hola, Valeria, primor. Pues sí, tenías razón: hablas tú también de Olgoso. Yo, ya ves, vuelvo a retomar el blog después de unos meses (como diría mi vecina del segundo) supercomplicados…

    Hey, Zar, me alegro de leerte. A ver si nos vemos pronto en Madrid.

    Saludos a todos.
    Jesús

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  10. ¡Hola bonico! Finalmente retomas tu blog, qué alegríaaaa.
    Espero de corazón que lo supercomplicado se haya solucionado (hoy es día de cacofonías, qué le vamos a hacer ;))

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  11. Gracias por recordar el libro «Cuento vivo de Andalucía»: es una prueba de la gran literatura andaluza.
    Fue un placer haber leído a tantos escritores magníficos para realizar esa disfrutable antología.

    Dante Medina

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  12. Hola, ¡encantada de que pases por aquí! Es un gran libro.

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